Yañez Castillo Heriberto


Palabras clave: Investigación Educativa, Intervención Educativa, Teoría Educativa Crítica, Docente

 

     Son diversas las Instituciones de Educación Superior (IES) que actualmente  y a través de sus programas educativos de posgrado han volteado la mirada sobre los procesos de investigación educativa, como una de las exigencias más apremiantes a la educación superior y a la profesionalización de los docentes de educación básica; pues ya sea por recomendación de la política educativa y la reforma educativa, o por iniciativa propia, las IES han tomado el compromiso en este tema. Pero, hacer investigación en el campo de la educación no debe ser tarea exclusiva de las IES, pues esta, puede darse desde la praxis de los docentes en el aula y de los directivos desde la práctica de su gestión y administración educativa.

     Haciendo referencia al docente quien desde su diario vivir la en escuela y en el aula puede transformar su práctica, innovando desde sus procesos, desde los aprendizajes y saberes que construye, investigando sobre sus problemas con la intención de intervenir y solucionar, proponiendo ideas transformadoras; en resumen que el maestro se convierta en un interventor, un constructor y un transformador de su propia práctica docente

     Por lo anterior, es que es importante comprender el binomio investigación educativa e intervención educativa, en la investigación educativa lo que se pretende es que el docente como protagonista de la práctica en el aula, construya algunos saberes como: la observación, la lectura, la sistematización y documentación de su práctica docente. Por otro lado, la intervención educativa tiene en su acepción la realización de acciones que conducen a al logro del desarrollo integral del estudiante y a la potencialización de sus capacidades. Justamente, Barraza (2010) lo menciona de este modo “Investigación como apoyo para mejorar su práctica profesional que requieren de la investigación para enriquecer su práctica cotidiana” (p. 26).


     En este tenor, vale la pena hacer referencia a la necesidad de retomar y trabajar en un enfoque crítico progresista de la innovación educativa, en específico en lo que se denomina Teoría Educativa Crítica según Carr, 1999, y Carr & Kemmis, 1988 citados por Barraza (2010) que entre los postulados de dicha teoría destacan los siguientes:

- Tener como fin último la “mejora de la racionalidad de la educación capacitando a los profesionales de la educación para perfeccionar por su cuenta su racionalidad práctica”. Este perfeccionamiento promueve la autonomía profesional de todos los agentes involucrados en el hecho educativo.

- Crear comunidades democráticas de profesionales de la educación comprometidos con el desarrollo racional de valores y prácticas a través de un proceso público de discusión, argumentación y crítica, que solamente se logrará mediante el fomento de la colaboración.

- Promover el desarrollo de fines educativos comunes mediante la reflexión crítica sobre las normas y prácticas vigentes. En ese sentido, se debe subordinar el ejercicio de la racionalidad a la capacidad de entendimiento que se genera entre sujetos capaces de lenguaje y acción.

- Generar una investigación en y para la educación. La cual debe surgir de los problemas de la vida cotidiana y construirse con la mira siempre puesta en cómo solucionarlos (pp. 14-15).


     En un segundo momento, la Teoría Educativa Crítica propone la construcción de una propuesta de intervención educativa, que de cuenta de la construcción de los problemas derivados del acto de educar, en este sentido Barraza propone una serie de principios preescriptivos de óden metodológico que sumarán en la identidad del docente como investigador e interventor educativo.

La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa permite destacar la construcción de problemas como eje constructor de la actuación profesional.

La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa implica necesariamente la incorporación de la innovación educativa.

La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa busca promover el trabajo colegiado que involucre la cooperación y el dialogo en la construcción de problemas y de soluciones innovadoras.

  • La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa tiene en la praxis su rasgo distintivo para la búsqueda de la autonomía profesional.
  • La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa tiene como requisito sine qua non la existencia de un verdadero diálogo.
  • La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa, a pesar de su orientación fuertemente empirista, no niega la teoría y, por tanto, su incorporación la considera necesaria, aunque el momento y la forma estén sujetas al criterio del elaborador.
  • La elaboración de una Propuesta de Intervención Educativa involucra y hace participe de su proceso de indagación-solución a las personas incluidas en la realidad investigada (2010, pp. 19-22).


     Finalmente, cabe mencionar que el compromiso de formar docentes con una perspectiva de cambio y transformación de la educación, resulta tarea de las universidades formadoras de docentes que desde su primer momento deberán involucrar a los futuros docentes en los procesos de observación, documentación y sistematización de la información, reflexión del acto de enseñar, promover la autonomía profesional, el trabajo colegiado y colaborativo, así como destacar que la intervención educativa es lo más importante si queremos transitar a la innovación y transformación de la educación.

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