Juan Ernesto García Cruz, Rita Ñoma Álvarez & Heriberto Yañez Castillo.

 

INTRODUCCIÓN

     En el presente documento se recupera un análisis referente a la función del docente frente a los cambios del sistema educativo mexicano, en específico frente a las reformas educativas. Si nos detenemos en el rigor de la definición que nos otorga la Real Academia Española de la Lengua, maestro es una persona que enseña una ciencia, arte u oficio y que tiene título para hacerlo. Pero, si nos quedamos en esta definición, nace un hueco, una debilidad de lo que es realmente ser docente. Por lo tanto, a continuación revisaremos la función que cumple el docente frente a las reformas, por un lado visto como sujeto al que se le debe prestigio y reconocimiento social por su labor y por otro lado como un ejecutor de los proyectos educativos gestados por organismos internacionales.


DESARROLLO 

El docente

     Es menester mencionar que la perspectiva que se tiene del docente en la educación ha ido cambiando con el pasar del tiempo y de los años, la transición ha transgiversado la imagen del docente actual, puesto que como nos menciona Inclán & Barriga: ‘‘En el siglo XIX se aspiró a realizar un tránsito de la visión religiosa a una perspectiva profesional (2000, p.3). Esto es que el docente pasó de ser una imagen modelo de la sociedad a ser un medio para el estado.

     Actualmente el docente es considerado como un empleado del sistema, y pienso que debería ser actor y participe en la educación, ya que juega un papel fundamental en él, al ser formadores y transformadores de sociedades y de personas, las razones son diversas, en primer lugar tenemos que el docente ha perdido identidad por diferentes factores de su contexto, factores que en ocasiones el sistema o el estado mismo influye, las inconformidades por parte de los docentes ante la depuración de ciertos derechos, la falta de inclusión para el desarrollo de políticas educativas, puesto que se torna más burocrática y de escritorio, es decir, no se considera el contexto del docente y sus necesidades, se le ha degradado el nivel de autoridad, validez en la sociedad, pues el maestro ya no es el centro en el ámbito educativo, pasando a ser un término de segundo plano. Es importante considerar que la existencia de los docentes es fundamental para la educación, sin docentes ¿Qué sería de nuestras sociedades?

     La profesión docente es una labor que implican diversas actitudes, conocimientos y capacitaciones pero aún siendo una profesión el maestro no deja de ser un empleado más dentro de la labor social, “las tensiones que subyacen en el interior de la llamada profesión docente, en particular por la carencia de logro de este estatus frente a una suerte de obrerización del trabajo docente”  (Inclán & Barriga, 2000, p. 2).

     Por otra parte para que el docente sea actor en la educación es fundamental que se le incluya y se le haga partícipe en el desarrollo de las políticas educativas, puesto que es necesario atender las necesidades, para que dichas políticas realmente tengan un impacto positivo, no sin dejar a un lado a la comunidad o a los actores que conforman las instituciones educativas, puesto que son fundamentales para el funcionamiento del sistema.

      La labor docente no solo implica velar por el conocimiento adquirido del alumno, también juega un papel complementario dentro de los diversos ámbitos de la vida del estudiante, si bien es cierto los padres de familia y sociedad al maestro actualmente se le ha dejado de ver como una gran autoridad de respeto, simplemente es un trabajador más pero en un rubro diferente en comparación a otras profesiones u oficios.

     La función docente que hoy conocemos sobre todo a nivel básico se ha convertido en una actividad fundamental para el Estado responsable del funcionamiento del sistema educativo y para un número considerable de sujetos —cerca de 25 millones en el planeta dedicados a la educación básica, de los cuales 3.4 millones se desempeñan en América Latina— los que cuentan con un contrato laboral y obtienen una identidad profesional, esto es, en términos genéricos son profesores (Inclán & Barriga, 2000, p. 3).

 

La reforma

     De acuerdo a Inclán & Barriga las Reformas Educativas son: ‘‘Acciones a través de las cuales el Estado establece elementos para orientar las políticas de la educación” (2000, p.5). Dichas acciones se proponen en el Plan Nacional de Desarrollo, centradas en una serie de proyectos educativos, con la finalidad de pretender mejorar los diferentes ámbitos educativos, las políticas educativas son proyectos en los que se ve inmerso el docente y del cual éste debe ser actor partícipe de las decisiones y acciones que se consideren, para el desarrollo de propuestas es fundamental que quienes se encarguen de establecer una reforma conozca los ámbitos que involucran la educación, así como las necesidades que se presentan.

     El significado que tiene la Reforma Educativa para Inclán & Barriga: ‘‘Una intención refundacional y reorganizacional’’(2000, p.13). Con lo dicho anteriormente considero que su significado es replantear el tema de la educación, es decir que se deben analizar las problemáticas que se presentan para establecer una serie de acciones reales, atendiendo prioridades y dando seguimiento a dicha reorganización, puesto que en muchas ocasiones los cambios de gobierno no dan un seguimiento a dichas problemáticas, lo cual resulta un atraso para nuestro país, puesto que al no atender dichas problemáticas, no genera un avance y no se logran cambios relevantes o significativos. Es importante mencionar que durante un sexenio no se van a atender todas las necesidades, que son diversificadas y abarcan una serie de situaciones contextuales, culturales, ya que México es multicultural.

     Es necesario considerar cual es el papel que juega el docente en las reformas educativas, como actor y como empleado, destacando que como actor sería partícipe para el desarrollo de acciones, mientras que el ser empleado es únicamente ejecutar con base a una serie de acciones y planes, ya establecidos por las instituciones educativas, en otras palabras los involucrados deben apropiarse de ellas y saber instrumentarlas para un buen funcionamiento, es fundamental además que conozcan los aspectos generales para su desarrollo, además de que es de suma importancia que para saber cómo ejecutarla debe haber previamente una capacitación para los docentes, una capacitación real.

     Un ejemplo actual fue la implementación de la RE 2017, cuya capacitación fue en plataforma y sin una retroalimentación que orientara al docente, esto causó dificultades en su ejecución, puesto que al existir dudas, no se logra una comprensión del propósito de la implementación de dicha Reforma, lo cual genera que el docente pierda visión de su trabajo. En ocasiones una de las desventajas es la falta de información y la apatía de quienes conforman la Reforma Educativa, ya que estas actitudes impiden una visión proactiva que permita generar avances.

      Lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿Cómo el docente, directivo o ATP podría ser el protagónico de una reforma educativa? Para que un docente se sienta motivado o identificado con su contexto y con las reformas educativas y sea protagónico de las mismas es fundamental que exista una motivación hacia el docente que permita cambiar sus actitudes y su apatía, la inclusión de los docentes en el proceso de desarrollo de la Reforma Educativa a través del consenso, dotarlo de herramientas para le ejecución de las políticas educativas así como sus ambientes de enseñanza, la relación entre los docentes, ATP´s, directivos y todos los que conforman el sistema educativo, incluyendo el gobierno mismo, establecer metodologías adecuadas en la currícula que permita al docente un mejor manejo y dominio de sus temas y sus técnicas de enseñanza.

     Por lo tanto, las Reformas Educativas pierden vigencia por la falta de atención, identidad y de asumir el papel participativo de los docentes y los diferentes actores del sistema educativo, la falta de relación y comunicación, entre los diferentes niveles jerárquicos que la conforman.

 

CONCLUSIÓN

     Por lo descrito anteriormente, vale la pena destacar que el maestro es la pieza clave de todo el sistema educativo, también que el maestro es el centro de la reforma y de cualquier transformación pensada para la educación, por lo que no es honorable por parte de las autoridades y de la política educativa, culpar y responsabilizar las fallas del sistema en su conjunto.

     En palabras del Ministro de Singapur Heng Swee Keat citado por Pak Tee Ng (2017) un maestro esmerado es aquel que cree que todos los niños tienen la capacidad de aprender y que actúa según ese criterio. Es capaz de conectar con el niño y motivarlo, conocerlo, dar forma a sus valores y a su carácter, ayudarlo a crecer como persona y sacar lo mejor de sí. Un maestro esmerado también es un profesor habilidoso, domina el contenido y es capaz de involucrar a los estudiantes con una planeación bien pensada y una ejecución habilidosa. Sé que no es nada fácil ser un maestro esmerado (p. 217).

     Lo anterior derivado de la importancia que tiene el papel del maestro dentro de una reforma educativa, pues sin importar cómo las políticas públicas intenten cambiar el sistema educativo, esto no ocurrirá a menos que haya maestros esmerados y comprometidos para que todo ello suceda.

     Para concluir se puede inferir, de la urgente necesidad por transformar la educación en México partiendo de un diagnóstico situado en las fortalezas y las debilidades del sistema educativo, considerando el contexto sociocultural de los niños, niñas y jóvenes, y aprobando y reconociendo la gran labor que hacen los maestros con vocación y amor día a día, buscando siempre además oportunidades para mejorar y transformar su práctica docente.

           


Referencias

CRISTANCHO, J. D (2007). Formación Permanente de Docentes en Servicio, Alternativa para la Enseñanza.  México   

INCLÁN, C., & DÍAZ Barriga, Á. (2000). El docente en las reformas educativas. Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos. Buenos Aires: CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

      TEE, P. (2017). Aprender de Singapur, El poder de las paradojas. México: CREFAL.

WATTY, P. D. (2018). Educación Básica y reforma Educativa. México: LISUE.

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